El sistema de transporte público Transantiago, comenzó a
operar en febrero de 2007, con la implementación de nuevos buses y recorridos que alteraron la rutina de millones de santiaguinos que utiliza este medio de
transporte. Y si bien se avanza y el procedimiento es mejor que el de las micros
antiguas, no es un sistema que se preocupe de todos y olvida a un número
importante de chilenos.
El acceso al transporte público por parte de los
discapacitados, ha sido un tema que nunca ha tenido una solución definitiva. Se
discute siempre sobre el precio de las tarifas, sobre la incomodidad del metro
y micro o sobre los recorridos. Pero muchas veces se olvida a las personas con
discapacidad y no se piensa en su situación y en lo difícil que es para ellos
acceder a este sistema. Solo en Santiago viven casi 800.000 personas con algún
tipo de discapacidad (según datos del INE) que limita sus posibilidades de
desplazarse de la manera que quisieran. Como en el caso de Guillermo.
Guillermo Aránguiz Barrios es un joven discapacitado de 24
años. Nació con displasia en las caderas y con una escoliosis. Asiste a la
teletón sagradamente todos los días, desde que tiene cuatro meses. Se moviliza
en silla de ruedas, desde los cinco años, y esto no ha sido un impedimento para
él. De hecho, Guillermo es atleta y ha competido en diversos torneos a nivel
nacional e internacional, representando a nuestro país en las disciplinas de
tenis y atletismo. Según él su principal triunfo ha sido el primer lugar que
obtuvo en la maratón de Santiago el año pasado en la categoría 42 K. Él se
moviliza en micro y metro y esta es su visión acerca del tema:
“Las principales falencias de este sistema son la falta de
paraderos seguros para poder acceder a los buses y que estos vengan con las
condiciones necesarias, ya que por ejemplo hay bastantes a los que les falta la
rampa para poder subir. Esto hace que en reiteradas ocasiones, tenga que
esperar la siguiente micro o alguna que cumpla con estos requisitos”
La experiencia de Guillermo sobre el acceso al Transantiago
en los horarios punta es la siguiente:
“En los horarios punta la micro es súper incómoda, incluso
la parte en donde se ubica la silla de rueda siempre va ocupada a esas horas y
hay veces en las que me ido en la puerta de la micro, y cuando hay gente que
baja antes que yo es terrible, pero tengo que hacerlo o si no llego atrasado”.
Cuenta también que ha tenido algunos conflictos con
conductores, debido a que estos no se fijan cuando Guillermo se está bajando de
la micro y parten.
“En un principio la capacitación de los choferes consistía
en que ellos mismos, se bajaban del bus y colocaban la rampa, ahora rara vez
hacen eso. Algunos son buena onda y acomodan la micro a la vereda y otros
simplemente quedan a mitad de la calle”.
Guillermo sueña con el que el servicio del Transantiago sea
más desarrollado, como se pensó antes de implementarlo. “Sonaba maravilloso
cuando lo nombraban”, dice.
En relación a esto, Guillermo contó que el grabó un
comercial para el Transantiago y ahí se mostraba un servicio perfecto, muy
lejano a la realidad.
Así como
Guillermo son muchas las personas discapacitadas que utilizan el sistema público
de transporte. Pero siguen manteniendo los mismos problemas de accesibilidad y
depende de la voluntad de los pasajeros o de los choferes, para que puedan
abordar los buses. En el caso de los sistemas de
sujeción para silla de ruedas en los micros, muchas veces los cinturones de
seguridad que deben existir en ese lugar, no están en perfectas condiciones o
como cuenta Guillermo, se los roban o los cortan.
Karla González es terapeuta ocupacional. Estudió en la Universidad de Chile y
actualmente trabaja en el Hogar de Cristo en un Centro de Encuentro de Adultos
Mayores. Esta es su opinión respecto del tema:
“Hay variados
problemas que podemos visualizar en relación al acceso, partiendo por el estado
de las veredas que están en mal estado y que muchas veces las cunetas para
entrar o salir de ellas no tienen la inclinación adecuada, provocando en
algunos casos altos riesgos de caídas. Pasando al transporte mismo, uno de los
principales problemas para el acceso que limitan el paso de las personas con
capacidades diferentes en las micros es que para bajar la rampa, muchas veces depende
de la voluntad de un usuario o del mismo chofer para poder acceder; y dentro de
las micros el espacio designado para las sillas de rueda no cuenta con las medidas
de seguridad necesarias”
Karla afirma que de todas maneras existe un cambio
importante que ha permitido un mejor acceso de las personas con capacidades
diferentes, pero hace falta desde la creación del sistema de transporte, debería
ser diseñado con las medidas adecuadas para el acceso y uso de cualquier
persona.
La terapeuta reconoce que existe un proceso positivo en vías
de facilitar la vida de las personas con capacidades diferentes, que permita mejorar
su calidad de vida y vivir como cualquier ciudadano resguardando su dignidad.
“Para facilitar la inclusión, haría falta por ejemplo accesos
únicos para todos, que no marquen la diferencia entre una persona sin
limitaciones y una con capacidades diferentes y desde el punto de vista ergonómico
se podrían adaptar la altura de los tótems, de los letreros con los recorridos
y de las boleterías, en el caso del metro.”
El transporte público es vital para la inclusión de las
personas con algún grado de discapacidad en la sociedad. La falta de un sistema
de acuerdo a sus necesidades, hace que se vulneren sus derechos y vean impedidos
de realizar una vida plena dentro de sus posibilidades. Aún falta para que se
realice un cambio total al sistema y sea más inclusivo y para todos.
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